Alergia alimentaria frente a intolerancia alimentaria

¿Tu hijo tiene sarpullidos, moqueo o diarrea después de comer? No siempre se debe a una alergia. Es mucho más frecuente que se deban a intolerancias alimentarias.

Aprende más sobre las diferencias entre alergias e intolerancias, cómo comprobar qué intolerancia padece tu bebé o niño pequeño y qué puedes hacer al respecto.

Diferencias entre alergias e intolerancias

Si tu bebé sufre una alergia alimentaria, se debe a una hipersensibilidad de su sistema inmunitario. Normalmente, nuestro sistema inmunitario distingue entre "inofensivo" y "nocivo". Si una persona con un sistema inmunitario intacto come frutos secos, por ejemplo, normalmente no le causará ningún problema. En el caso de una alergia, el cuerpo reacciona con una reacción alérgica exagerada a alimentos que en realidad son inofensivos.

En cambio, una intolerancia no tiene nada que ver con el sistema inmunitario. En cambio, una intolerancia significa que el sistema digestivo no es capaz de digerir o absorber los ingredientes alimentarios ingeridos. Los alimentos no se procesan correctamente, por lo que pueden aparecer síntomas desagradables, como flatulencias o diarrea.

Por ejemplo, la lactosa no puede descomponerse si falta cierta enzima digestiva (lactasa), por lo que entra en el intestino grueso sin digerir y sirve de alimento a las bacterias intestinales, que producen gases durante el procesamiento de la lactosa que pueden provocar flatulencias.

Definición: ¿Qué son exactamente las intolerancias?

Las alergias pueden producir a veces síntomas similares, por lo que no es fácil distinguirlas. Por ello, sólo una prueba adecuada puede establecer si se trata realmente de una alergia que afecta al sistema inmunitario o simplemente de una intolerancia. Consulta a tu pediatra si sospechas que tu hijo padece una alergia o una intolerancia.

Describe el problema a su pediatra. El médico ordenará en primer lugar que se realice una prueba de punción. Más adelante, un análisis de sangre también puede ayudar y aportar más información. Si tu bebé sufre una alergia, pueden detectarse los anticuerpos correspondientes en la sangre. No ocurre lo mismo con una intolerancia. Las intolerancias alimentarias, como la intolerancia a la lactosa o la malabsorción de fructosa, se detectan, por ejemplo, mediante una prueba del aliento.

Puede ser útil llevar un diario de alimentos, ya que esto puede proporcionar cierta información inicial sobre qué alimentos son generalmente bien tolerados y cuáles no.

Alergia o intolerancia: las diferencias de un vistazo

Alergia Intolerancia
Cuando se ingiere un determinado alimento se produce una reacción inmunológica. Ciertos ingredientes alimentarios no pueden descomponerse ni absorberse, lo que a menudo provoca problemas digestivos. El sistema inmunitario no interviene en una intolerancia.
Incluso pequeñas trazas de un alimento -a veces incluso el mero contacto con él en la boca- bastan para desencadenar una reacción alérgica. La mayoría de las veces, se toleran bastante bien pequeñas cantidades de este alimento. Los problemas sólo aparecen cuando se consumen cantidades mayores.

¿Qué intolerancias existen?

Existe una amplia gama de intolerancias alimentarias. Por lo tanto, las pruebas de intolerancia no suelen realizarse para alimentos individuales, sino para grupos de alimentos.

Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es la forma más común de intolerancia alimentaria. Las personas afectadas no pueden procesar productos lácteos como la leche, el queso, el yogur o el requesón por falta de la enzima lactasa. Esto puede provocar flatulencia, diarrea o estreñimiento. La intolerancia a la lactosa es rara en lactantes y niños pequeños.

Malabsorción de la fructosa

En la malabsorción de fructosa, el organismo reacciona a la fructosa. Los alimentos que contienen mucha fructosa, como las uvas y los plátanos, causan problemas. Pueden aparecer flatulencias, diarrea o disminución del rendimiento. Los antojos de dulces también pueden ser un indicio de mala absorción de fructosa. En este tipo de intolerancia alimentaria, el intestino delgado sólo puede absorber parcialmente la fructosa. La fructosa restante pasa al intestino grueso y allí es procesada por las bacterias intestinales, lo que provoca los síntomas antes mencionados.

Celiaquía

La enfermedad celíaca es una intolerancia al gluten, que es un grupo de proteínas que contienen diversos tipos de cereales, como el trigo, la espelta o el centeno. El consumo de gluten desencadena una inflamación, así como una alteración de la mucosa característica del intestino delgado en las personas celíacas. Las vellosidades y los pliegues intestinales retroceden, reduciendo la superficie de la mucosa intestinal, lo que perjudica la absorción de nutrientes. La inflamación crónica y los cambios en el intestino, así como una menor absorción de nutrientes importantes, están asociados a esta enfermedad. A diferencia de otras intolerancias, en la celiaquía es importante evitar por completo los alimentos que contienen gluten durante el resto de la vida. La celiaquía puede provocar no sólo problemas digestivos, sino también graves carencias de nutrientes. También suele desencadenar una disminución del rendimiento y una gran fatiga.

Intolerancia a la lactosa: una de las intolerancias más comunes

La intolerancia a la lactosa es la más común con diferencia. Debido a ella, los afectados sufren problemas digestivos.

Para que los productos lácteos sean más digeribles, existen alimentos sin lactosa. El yogur sin lactosa, la leche sin lactosa y el queso sin lactosa están disponibles en la mayoría de los supermercados. Sin embargo, también hay alimentos que no contienen lactosa por naturaleza, como el queso duro muy curado. Otra posibilidad es tomar por separado la enzima que falta, la lactasa, para que una comida que contenga lactosa sea más tolerable.

En caso de que tu hijo sufra intolerancia a la lactosa, puedes recurrir a diversos alimentos alternativos. Por ejemplo, la leche de vaca puede sustituirse por leche de avena, soja o almendras. Al hacerlo, sin embargo, es importante garantizar un aporte suficiente de calcio, ya que los productos lácteos son buenas fuentes de calcio. Por lo tanto, la mejor alternativa láctea serían los productos lácteos sin lactosa que contienen calcio.

Reconocer las intolerancias: los síntomas

Los síntomas más frecuentes de las intolerancias alimentarias son los siguientes:

  • molestias digestivas, como hinchazón (incluso abdominal), flatulencia, diarrea, estreñimiento y dolor abdominal (a veces con calambres)
  • antojos de alimentos dulces
  • fatiga y disminución del rendimiento
  • trastornos del desarrollo en los niños
  • dolores de cabeza
  • enrojecimiento de la cara y el cuello llamado "rubor”
  • dificultad para tragar
  • sensación de ardor en la lengua
  • palpitaciones

Ten en cuenta lo siguiente:

Es importante que un médico examine estos síntomas para descartar otras afecciones graves.

Alergia o intolerancia: ¿qué padece mi hijo?

Hay una diferencia crucial entre alergias e intolerancias que puede arrojar luz sobre cuál es el problema.

¿Tu hijo tolera pequeñas cantidades de un determinado alimento?

Si tu hijo tiene una reacción física al primer bocado de un determinado alimento, es probable que se trate de una alergia. En caso de intolerancia, suele tolerar al menos pequeñas cantidades del alimento.

¿Cuáles son los síntomas?

Mientras que una alergia suele provocar síntomas graves que van desde el enrojecimiento de la piel hasta hinchazón y dificultad para respirar, la mayoría de las intolerancias causan principalmente problemas digestivos. Por ejemplo, pueden producirse flatulencias, diarrea o estreñimiento. Los dolores de cabeza y la disminución del rendimiento también pueden atribuirse a menudo a las intolerancias.

Nota:

Si sospechas que padece una alergia o intolerancia, acuda siempre a su médico para que examine el problema, ya que los síntomas pueden deberse a otras enfermedades.

Pruebas de intolerancias: cómo funcionan

Existen varias posibilidades para detectar intolerancias. El método adecuado depende del tipo de intolerancia.

Los médicos realizan una prueba del aliento si sospechan una mala absorción de fructosa o una intolerancia a la lactosa.

Si los resultados indican que no hay intolerancia, debes acudir con tu hijo a un gastroenterólogo o a un especialista en medicina interna para que le hagan otros exámenes que diagnostiquen enfermedades inflamatorias intestinales o celiaquía, entre otras.

Un método mucho más sencillo, pero que conlleva algunas restricciones y requiere cierto tiempo, es la llamada "dieta de evitación". Consiste en eliminar varios grupos de alimentos de la dieta durante al menos dos semanas. Hay que respetar este periodo de tiempo, ya que algunos síntomas sólo se manifiestan con cierto retraso. Si se notan mejorías tras la abstinencia, se puede suponer que los alimentos eliminados no se toleran.

Preguntas frecuentes sobre las intolerancias alimentarias

¿Ayuda un diario de alimentos a detectar las intolerancias alimentarias?

Sí. Puedes utilizar un diario de alimentos para averiguar qué alimentos no tolera tu hijo. Para obtener un resultado demostrable, debes anotar todos los alimentos que tu hijo come cada día. También es importante anotar cómo se siente él después de comer.

Por ejemplo, si descubres que tu hijo tiene flatulencias, anótalo. Si llevas el diario de alimentos durante al menos cuatro semanas, podrás ver claramente si tu hijo desarrolla síntomas después de consumir determinados alimentos. Para mayor seguridad, puedes averiguar si vas por buen camino con una dieta de evitación.

¿Hay que eliminar de la dieta los alimentos que desencadenan intolerancias?

Es aconsejable eliminar de la dieta de tu hijo los alimentos que no tolera. Aparte de eso, los síntomas suelen ser desagradables para él, por lo que no debes provocarlos. Sin embargo, si descubres que tu hijo tolera pequeñas cantidades de un determinado alimento, puede seguir comiéndolo. Dado que una intolerancia también puede remitir a lo largo del desarrollo, es aconsejable probar los alimentos una y otra vez en pequeñas cantidades y averiguar así la tolerancia individual de tu hijo.

¿Qué alimentos desencadenan alergias e intolerancias con especial frecuencia?

Entre los alimentos que provocan alergias con mayor frecuencia se encuentran la leche de vaca, los huevos, el pescado, la soja y los frutos secos. En cuanto a las intolerancias, los niños de 4 a 5 años reaccionan especialmente a la lactosa, es decir, a los productos lácteos en sus distintas formas.

¿Cómo se manifiesta una intolerancia en niños pequeños y bebés?

Las intolerancias suelen manifestarse a través de molestias en el tracto gastrointestinal. Por ejemplo, flatulencia, estreñimiento, diarrea o dolor abdominal. Las intolerancias alimentarias también pueden provocar reacciones cutáneas, como picores.

¿Qué hacer en caso de intolerancias en niños pequeños y bebés?

La forma más fácil de hacer algo contra la intolerancia es eliminar el alimento correspondiente de la dieta. Sin embargo, las intolerancias suelen tolerar pequeñas cantidades del alimento en cuestión. Lo mejor es probar qué cantidad de ese alimento tolera tu hijo. Si no tolera determinados alimentos, asegúrate de que obtiene todos los nutrientes importantes a través de otros alimentos.

Información sobre la autora

Anja Schröder, que también es madre, lleva muchos años escribiendo como autónoma para varios blogs familiares importantes. Se centra principalmente en temas familiares y da vida a sus textos con su vívida narración.