Zinc: el motor de las enzimas
¿Por qué es tan importante el zinc?
En términos cuantitativos, el zinc es un mineral poco importante, con tan sólo 2 gramos en todo el cuerpo. Pero estos dos gramos son esenciales para mantener el metabolismo intacto, ya que el zinc es responsable de numerosas funciones en nuestro cuerpo.
Su función principal es la activación de enzimas. Más del 70% de todas las enzimas necesita zinc como “motor”; sólo se activan con la ayuda de zinc. Las enzimas son como pequeños catalizadores: facilitan cualquier tipo de reacción en el cuerpo.
El efecto positivo del zinc en el sistema inmunológico se pone de manifiesto en la influencia que tiene sobre la cicatrización de heridas. Además, es indispensable como estabilizador de las paredes celulares, para almacenar insulina y para revitalizar la piel y el pelo.
Buenas fuentes de zinc
El cuerpo de una mujer embarazada necesita 10 mg de zinc al día (mujeres en periodo de lactancia 12 mg). El zinc se encuentra en la carne de vaca y el hígado, además de en los guisantes, la avena y el trigo.
Síntomas de déficit
Si el cuerpo no recibe suficiente zinc, las heridas tardan más en cicatrizar y es posible que el feto no crezca adecuadamente. Los primeros signos de alarma de un déficit de zinc son trastornos del sentido del gusto y del olfato de la embarazada, los cuales también pueden desaparecer al cabo de un tiempo. No obstante, no debe descartarlos con excesiva facilidad: consulte a su médico en caso de duda.