Semanas del embarazo:
Semana 35 del embarazo: El sistema inmunitario de tu bebé funciona ahora de manera independiente

Estás en la penúltima semana del noveno mes de embarazo y en el tercer trimestre. El nacimiento de tu hijo se acerca cada vez más, y tú y tus seres queridos estaréis muy emocionados e impacientes por conocerlo.
Dentro de tu útero, tu bebé se prepara para nacer.
Tamaño de tu bebé en la semana 35

Tu bebé ha ganado otro centímetro de tamaño y ahora mide unos 46 cm, aproximadamente lo mismo que un melón cantalupo. Ha cogido mucho peso y ahora ronda los 2,5 kilogramos, no muy lejos del que será su peso al nacer. De aquí al parto, continuará acumulando reservas protectoras de grasa, lo que hará que su peso aumente hasta los 3,5 kilogramos aproximadamente. Sin embargo, no hay garantías. Cada bebé es diferente y su longitud y peso reales seguirán siendo una sorpresa hasta que nazca (si son gemelos, será aún más sorprendente, ya que es más difícil decir con certeza cuánto miden y cuánto pesan cuando están en el útero).
El desarrollo de tu bebé
Aunque tu bebé pueda coordinar sus movimientos extremadamente bien en la semana 35, por desgracia ya no tiene mucho espacio para practicarlos. Puede realizar acciones más pequeñas y sutiles, como tocarse la nariz, agarrar el cordón umbilical o chuparse el pulgar.
También continúa trabajando en sus reflejos. Si nota luz, se girará hacia ella, sus reflejos de succión y agarre están ahora perfectamente entrenados, y su reflejo de respiración está listo para entrar en acción, aunque la prueba de fuego no llegará hasta que tome su primera bocanada de aire al nacer.
Los órganos digestivos de tu bebé, como los riñones y el hígado, ya han comenzado a funcionar. Ambos desempeñan un papel importante en la eliminación de sustancias tóxicas del organismo: los dos riñones se deshacen de los productos de desecho metabólicos a través de la orina, mientras que las células hepáticas almacenan aquellas proteínas y vitaminas que se consumen, pero que no se necesitan en ese preciso momento. El hígado convierte el azúcar en glucosa y lo libera en el torrente sanguíneo (un proceso enormemente importante para su nutrición una vez que esté fuera del útero), y produce una sustancia viscosa llamada bilis que es necesaria para descomponer los alimentos. La bilis se almacena en la vesícula biliar hasta que se necesita en el intestino, y es lo que da a nuestras heces su color típico.
En el intestino de tu bebé comienza a formarse una sustancia llamada meconio. Generalmente consiste en líquido amniótico tragado, la cerosa vernix caseosa y el pelo del lanugo del que se está desprendiendo, más la bilis viscosa que da a esta sustancia su consistencia. El meconio es lo que tu bebé excretará los primeros días después de nacer.
El sistema inmunitario de tu bebé ahora funciona de manera independiente a tu torrente sanguíneo. Ha absorbido todos los anticuerpos que necesita para generar su propia inmunidad, por lo que estará protegido ante los riesgos ambientales típicos una vez que venga al mundo. Sin embargo, su sistema inmunitario todavía no se ha desarrollado por completo: su cuerpo necesitará unos años (incluyendo la exposición a bacterias dañinas para volverse inmune a ellas) para poder protegerse, lo que hace que los bebés y los niños pequeños sean particularmente vulnerables a los patógenos. Tu leche materna, y en particular el calostro que producirás al principio, resulta de vital importancia, ya que contiene anticuerpos que equiparán a tu bebé con lo que necesita para desarrollar una alta inmunidad.
Un bebé prematuro nacido en la semana 35 tendría grandes probabilidades de adaptarse al mundo fuera del útero y convertirse en un ser humano normal y saludable.
¿Cómo se siente la futura mamá en la semana 35?
Los desafíos de un embarazo avanzado continúan. Moverse, e incluso simplemente respirar, se hará más difícil y seguirás preguntándote “¿Cuánto tiempo más tengo que esperar?”.
Es un consuelo que estas dificultades respiratorias que estás sufriendo se aliviarán a medida que tu útero se mueva hacia abajo y se reduzca la presión sobre tus pulmones. Sin embargo, el parto falso, que es lo hace que esto suceda y que comenzará pronto, también significará que vas a sentir tu vientre bastante oprimido, una fuerte sensación de tirantez, y posiblemente también ligeras náuseas y diarrea. A diferencia del parto real, las contracciones falsas no se producen a intervalos regulares y no se hacen más intensas o dolorosas, así que aunque al principio no puedas saber exactamente si se trata del parto real o no, los intervalos de frecuencia pronto te darán una pista.
Señales y síntomas
Además de las contracciones falsas que notarás cada vez más de manera gradual, y que al menos te ayudarán a que puedas respirar un poco mejor, hay otros síntomas en la semana 35 que pueden durar a lo largo de las últimas semanas hasta que des a luz.
Vejiga debilitada
La presión que ejerce el útero sobre la vejiga puede causar que esta se debilite. El parto falso hace que el útero y tu bebé se muevan hacia abajo, hacia la parte inferior de tu pelvis, lo que aumenta la presión sobre tu vejiga y la hace más pequeña. Esto hará que se llene más rápidamente y que tengas que ir al baño aún más a menudo.
Problemas de circulación
Otro síntoma continuo son los problemas de circulación. Por ejemplo, si has estado tumbada sobre tu espalda, puede que no puedas volver a incorporarte de inmediato. Esto se debe a la presión que ejerce tu útero sobre la vena cava, la vena que suministra sangre al corazón. Funcionará de manera menos eficaz, por lo que circulará menos sangre y oxígeno a través de tu cuerpo y puede que te sientas mareada y con náuseas. Los médicos lo llaman el «síndrome de la vena cava» y, si lo padeces, debes cambiar la posición en la que duermes y descansar todo lo que puedas. Por esta razón, a partir de la semana 31, se recomienda que duermas de lado. Si decides dormir boca arriba, asegúrate de que la parte superior del tronco esté ligeramente elevada.
Preguntas que puedes querer hacerle a tu médico o matrona
Formas alternativas de prepararse para el parto
Además del masaje perineal, hay otras maneras de prepararse para el parto que pueden hacértelo un poco más fácil cuando llegue el momento. Una cosa simple que puedes hacer a partir de ahora es beber té de hojas de frambuesa, que hará que tu canal del parto esté más suave y sea más flexible.
Comer semillas de lino todos los días (por ejemplo, puedes añadirlas al muesli) también hará que las membranas mucosas de tu cuerpo sean más flexibles y se estiren más fácilmente, pero asegúrate de beber mucho líquido después, ya que puede provocar estreñimiento.
Un baño de vapor diario con flores de heno tiene un efecto similar: hierve un poco de agua y mézclala en un cuenco con flores de heno secas, que puedes conseguir en una herboristería. Deja que el vapor se enfríe un poco y pon el recipiente dentro del inodoro. Luego quítate la ropa y siéntate en el inodoro durante unos 20 minutos, de modo que el vapor se eleve y alcance el canal del parto.
La acupuntura no es solo útil para tratar varios síntomas durante el embarazo, sino que esta terapia oriental también es útil para prepararte para dar a luz. Unas cuatro semanas antes de salir de cuentas, la matrona puedes hacer una sesión para estimular ciertos puntos de tu cuerpo para ayudar a que el proceso de dar a luz sea más suave y vaya más rápido. Muchas mujeres han encontrado que es extremadamente útil, así que pregunta a tu matrona y pide una cita si quieres probarlo.